8 de febrero de 2012

Miedo a la oscuridad

Salió del colegio y se tomó el colectivo hasta su casa. Llegó, saludó a su perro con unas caricias y entró. Sus papás no estaban, habían salido y no iban a volver hasta muy tarde en la noche. Se calentó la comida que le habían dejado. Miró algo de televisión. Quería retrasar la hora de ir a dormir lo más posible. Tardó mucho hasta que se decidió a ir a su cuarto. Subía las escaleras y creía escuchar ruidos. Llegó a su cuarto, se cambió y se acostó en su cama. Nunca pudo dormir con la luz prendida y ya sabia que la iba a tener que apagar, pero le daba miedo hacerlo. Se quedó acostado con la mano en el interruptor por lo que le pareció una eternidad. Esperaba algún impulso de valentía que no llegaba. Cerró los ojos, apagó la luz y se tapó rápido con la sábana. Desde el fondo de su armario lo espiaban un par de ojos verdes.