4 de enero de 2015

Sin identidad

Conozco una persona cuya cara conoce todo el mundo.

Al verlo, algunas personas dicen que se parece a un amigo, otras que les recuerda a un primo segundo o algún otro pariente lejano, unas pocas relacionan su cara con la de algún famoso. Todo el que lo conoce por primera vez nota el parecido. Escucha seguido frases del estilo “es idéntico", “es un clon ", “es él".

Conozco una persona en la que todos ven a otro, pero nadie ve a esa persona.

Al verlo piensan en alguien más. Nadie recuerda jamás su nombre ya que en seguida lo recuerdan al otro. Para todos su cara es prestada, como si en verdad no fuera de él.
Lucha por que lo reconozcan, trata de resaltar. Cambia todo de sí. Cambia su pelo de estilo y color, se afeita la barba de formas extrañas, usa lentes de contacto con color, se maquilla las mejillas y cambia a diario sus expresiones faciales. Tan desesperado esta el pobre que llegó incluso a considerar cambiar de sexo, pero al final descartó esa opción por cara.
Sin embargo para todos el sigue siendo otro, para nadie él es él.

Conozco una persona a quien nadie conoce.

Se le avecina algo mas triste que la muerte: el olvido. No. Es aún más triste que el olvido. Para olvidar algo uno debe primero recordarlo. Para recordarlo uno debe conocerlo. Y a él nadie lo conoce. No se puede olvidar lo que nunca se conoció.

Conozco una persona que no puede ser olvidada.
Conozco una persona que nadie puede jamás conocer.
Conozco una persona que ni yo se quien es.